Capitulo Diez de la Novela "La pelea del Médano", publicada por su autor, Nestor O Salgado
La mañana amaneció fría con un fuerte rocío qué rápidamente humedeció los cojinillos de nuestras monturas antes que nos dispusiéramos a partir del Fortín, de pasada se acercó el cabo Alfredo Solís para advertirnos que durante la noche habían percibido algunos movimientos en el campo y esto significaba que nos habían estado espiando algunos aborígenes, seguramente de algún Capitanejo del Cacique Pincen.
Nos previno que avanzáramos con prudencia y siempre estando atento a la rastrillada y a los signos del camino; entre los cuales hay que notar la importancia que tienen los movimientos de animales silvestres y las polvaredas…Los baqueanos saben que si de pronto levantan vuelo patos de una laguna, o perdices vuelan de los pajonales puede ser señal de que andan animales predadores o anda gente merodeando.
Cómo encargado del grupo sabía lo riesgoso de este último tramo del viaje.
(Continuara en próximos capitulos
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